¡ VIVA EL BURRO VELOZ !
CRÓNICAS ASNALES
BREVE CRÓNICA
Asistentes: Dimas, Nano, Vidal, Juancar y Carlos.
Recorrido y sucedidos:
Esta ruta tiene el copyright de Dimas, que la ha diseñado y dirigido con gran maestría, diríamos que profesionalidad. Ha habido acuerdo entre los asistentes de nombrarle Gran Cicerone del Burro Veloz.
A las ocho tomamos el Metrosur en la estación Hospital Severo Ochoa. En Puerta del Sur hacemos transbordo a la Línea 10 para bajarnos en Lago, donde comenzamos el itinerario a pie.
Guiados por Dimas en todo momento, caminamos por el lago de la Casa de Campo y llegamos al Parque del Oeste.
Hay que decir que el día es esplendoroso, que la primavera se exhibe con descaro y que el color verde, con mil matices e intensidades, es el color predominante. La temperatura es primaveral, muy agradable. Después de tantos meses de lluvias y frío, se agradece el calor.
Hacia las 10:00 h entramos en la Rosaleda, cuya puerta y mingitorios abren ex profeso para nosotros. Dentro de dos semanas las rosas estarán en su momento cumbre. (Perdonad si este cronista no es muy exacto, pero voy muy pendiente del paisaje y soy un gran ignorante de Madrid, de manera que los fallos que veáis no son intencionados).
Vamos por unos senderos aledaños a un riachuelo natural, ¡en el centro de Madrid!, rodeados de una "masa arbórea" impresionante.
Antes de llegar a los Jardines del Campo del Moro, pasamos por el faro de Moncloa, el antiguo Ministerio del Aire y el Cuartel de la Montaña.
¡Y el Jefe se vuelve a Leganés! Tiene un compromiso-comida familiar y nos abandona. Lo sentimos, porque se pierde lo mejor de la excursión, pero "la obligación está antes que la devoción". Aprovecho para decir que en la Iglesia Católica está en la situación de "sede vacante", como vacante ha quedado la plaza del Jefe... El lunes pasado se murió el Papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio) y hoy es el funeral y el enterramiento. Como "a rey muerto, rey puesto", el personal ya está pendiente de inminente Cónclave y de la elección del nuevo papa. En el Burro Veloz algunos se posicionan por un papa italiano, que desde Pablo VI no ha habido ninguno, a excepción de Juan Pablo I, pero el probrecillo duró poco más de un mes: lo envenenaron con un cafelito "cargado" [sic]. Así que no cuenta.
Entramos al Campo del Moro, al pie del Palacio Real. ¡Maravilloso! No hace tanto que lo abrieron al público. Nos encanta. Hablamos con un guardia real que se está fumando un pitillo, y nos informa de por dónde continuar y de que en un rato habrá un cambio de guardia. Por eso hay tanta gente en los alrededores del Palacio Real cuando llegamos a la Plaza de Oriente.
Antes nos topamos con una estatua de Sor Juana Inés de la Cruz, la madre de las letras mexicanas y figura de la lengua castellana, a la que admira y venera el Cronista, que se hace una foto con ella.
Como digo, los alrededores del Palacio Real están petados de gente. Ha salido el sol y los madrileños se han echado a la calle, a pasear por su ciudad, a disfrutar de ella. Hoy está bonita incluso la catedral de la Almudena, palabra de origen árabe según nos informa Vidal.
Callejeamos hasta llegar a la Plaza Mayor, donde hay más gente que cuando se perdió Chencho y su abuelo lo buscaba a voces.
Palacio de Santa Cruz, plaza del Ángel, calle Huertas y parada en la puerta de la iglesia de las Trinitarias (calle Lope de Vega), donde está enterrado don Miguel del Cervantes, para el que tenemos un momento de reconocimiento y agradecimiento íntimo: En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme...
Que sí, que no, llegamos al Brillante, donde nos metemos entre pecho y espalda un doble de cerveza y un bocadillo de calamares. El cronista dudaba si tomarse medio, pero menos mal que ha hecho caso a sus compañeros y se ha apretado uno entero. ¡Manjar de dioses! La verdad es que ya estábamos un poco cansados y con la tripa vacía: la ruta tiene 13,5 km, que hechos a paso más lento de lo que habituamos parecen 20 o 25. Los camareros chillaban y discutían como si estuvieran solos, especialmente el que nos ha servido, que parecía que hablaba por megafonía. ¡Qué potencia! Pero ese es el ambiente de bar español. A nosotros nos ha tratado perfectamente, cuidado, que no tenemos queja. ¡Visita a los mingitorios y al tren!
En Atocha nos hemos subido al tren y hemos podido pillar sitio los cuatro "junticos". ¿Hemos agradecido sentarnos? Pues sí, no hay "nesecidad" de mentir. En agradable conversación hemos llegado a Leganés Central.
Dimas se va pitando a su casa, porque tiene un cuñado de visita. Pero los tres restantes nos vamos al Chilaba y nos tomamos unos Ruedas que nos saben a gloria bendita. Entre otras cosas, arreglamos un poco lo del nuevo Papa que he mencionado. Se brinda por que sea bueno, pero que sea italiano. ¡Y aquí se acabó lo que se daba!
¡Día magnífico! ¡VIVA, VIVA, VIVA EL BURRO VELOZ!
Carlos
Cronista del Burro Veloz